España está enferma. La sociedad no se fía de los políticos y demanda una reforma de la ley electoral y de la Constitución porque es el único medio que hace posible una regeneración del sistema democrático y político que se estableció con la Constitución de 1978 y que prematuramente ha envejecido, degradado y es víctima del mal gobierno. Sin confianza en las instituciones y en los dirigentes, no existe democracia. Las encuestas empiezan a revelar que la política, en lugar de ser la solución, es un problema y es una de las principales preocupaciones de los españoles, junto con el desempleo, la economía, la vivienda y la delincuencia callejera.
El diagnóstico más correcto del drama español es la "degeneración" del sistema político y democrático, con el desprestigio de los políticos, la decepción y desconfianza de la ciudadanía, la receta correcta ya está inventada y fue señalada por Alfred Emanuel Smith, cuando dijo que “todos los males de la democracia pueden curarse con más democracia”.
Los ciudadanos tenemos derecho a muchas cosas que los políticos, arrogantes y suicidas, nos niegan. Tenemos derecho a ser tenidos en cuenta y ser considerados como lo que somos, los verdaderos dueños de la soberanía. Tenemos derecho a elegir a los representantes y a que los representantes nos rindan cuentas. Erradicando las antidemocráticas listas cerradas y bloqueadas que convierten a los partidos políticos, que elaboran esas listas, en los verdaderos electores. Tenemos derecho a que se nos diga siempre la verdad y pueden exigir que los políticos que mienten por sistema ingresen en prisión. Tenemos derecho a que se respete la voluntad política de las mayorías. Tenemos derecho a que se respete la separación de poderes y a que la Justicia sea eficaz e igualitaria, con todos. La ciudadanía, tiene derecho a políticos que sean honrados y a que la corrupción se pague con la cárcel. Tiene derecho a que gobiernen los que han sido agraciados con el voto mayoritario. Tiene derecho a que se les cierre el paso a esos partidos bisagras que se han convertido en maestros del chantaje y que controlan el poder con un ridículo e insignificante puñado de votos. Tiene derecho a una sociedad civil sea fuerte y que no sea estrangulada por los políticos. Tiene derecho a mil cosas más, propias de la democracia, que en España han sido liquidadas por una partitocracia arrogante y frívola que, con su comportamiento corrupto y despótico, está asesinando, día a día, el sistema.
Y la única receta, que para ello se me ocurre, es, como afirmó Smith, "Más democracia".
El diagnóstico más correcto del drama español es la "degeneración" del sistema político y democrático, con el desprestigio de los políticos, la decepción y desconfianza de la ciudadanía, la receta correcta ya está inventada y fue señalada por Alfred Emanuel Smith, cuando dijo que “todos los males de la democracia pueden curarse con más democracia”.
Los ciudadanos tenemos derecho a muchas cosas que los políticos, arrogantes y suicidas, nos niegan. Tenemos derecho a ser tenidos en cuenta y ser considerados como lo que somos, los verdaderos dueños de la soberanía. Tenemos derecho a elegir a los representantes y a que los representantes nos rindan cuentas. Erradicando las antidemocráticas listas cerradas y bloqueadas que convierten a los partidos políticos, que elaboran esas listas, en los verdaderos electores. Tenemos derecho a que se nos diga siempre la verdad y pueden exigir que los políticos que mienten por sistema ingresen en prisión. Tenemos derecho a que se respete la voluntad política de las mayorías. Tenemos derecho a que se respete la separación de poderes y a que la Justicia sea eficaz e igualitaria, con todos. La ciudadanía, tiene derecho a políticos que sean honrados y a que la corrupción se pague con la cárcel. Tiene derecho a que gobiernen los que han sido agraciados con el voto mayoritario. Tiene derecho a que se les cierre el paso a esos partidos bisagras que se han convertido en maestros del chantaje y que controlan el poder con un ridículo e insignificante puñado de votos. Tiene derecho a una sociedad civil sea fuerte y que no sea estrangulada por los políticos. Tiene derecho a mil cosas más, propias de la democracia, que en España han sido liquidadas por una partitocracia arrogante y frívola que, con su comportamiento corrupto y despótico, está asesinando, día a día, el sistema.
Y la única receta, que para ello se me ocurre, es, como afirmó Smith, "Más democracia".
2 comentarios:
Absolutamente de acuerdo, la democratización debe ser algo global en todo caso, no una regulación particular sino una forma de concebir no solo la esfera pública sino incluso la privada, aunque con lógicas reservas. El sistema de listas tal y como está es lamentable para determinadas elecciones. La falta de democratización en la jerarquía de los partidos es todavía mas dificil de entender. Es ridículo ver como los dirigentes de cualquier partido con relevancia quedan lejos de ser autenticos conocedores de la materia que les ocupa, para soltar la misma palabrería ante la camara de turno.
Generalmente, no siempre, la forma de hacer las cosas suele ser una, con puntos -a veces de gran calado- y ahí es donde cabe la sana discrepancia, los paises occidentales avanzados -donde el modelo está del todo definido y consolidado- necesitan conocedores y expertos, no oradores. Si los partidos son liderados por gente así, las reformas y el camino a seguir quedarán dibujados, mientras el nivel sea de tercera, la gente preocupada por los problemas públicos seguirá entreteniendose con la política de los vecinos, un poco mas seria en cualquier caso.
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