José Enrique Serrano, negociador y ministro de ZP.

José Enrique Serrano se perfila como ministro de la Presidencia de Zapatero resulta cuanto menos alarmante: fue uno de los cerebros de la negociación-trampa con ETA, esto hace, solo que confirmar mis tesis personales.

Cierta es, su antigua “monclovicidad” si así se puede describir el amor a la Moncloa. En los primeros tiempos, fue con Felipe González y al parecer, ahora lo será con Zapatero. Con cierta lógica se explica, que éste se plantee ahora, en los momentos previos a la conformación del nuevo ejecutivo premiarlo, ascendiéndole de jefe de Gabinete a ministro de la Presidencia.

Por tanto, resulta cuanto menos significativo que corone como Ministro de la Presidencia al cerebro de la deleznable negociación, en la legislatura en la que pueden, y yo lamentablemente y con gran dolor de corazón tengo la certeza de que se volverán a plantear de nuevo los contactos con ETA, demostrándose así la poca confianza que me inspira el futuro gobierno de la nación española.

José Enrique Serrano, el que ha sido hasta ahora jefe de Gabinete del presidente, fue el representante de Moncloa en las conversaciones con la organización etarra, junto con Francisco Egea y Jesús Eguiguren. Por otra parte, Zapatero cuenta con él desde los tiempos de la oposición socialista y por tanto, gobierno de Aznar por lo que ahora será el momento de la recompensa, el nombramiento de Ministro de la Presidencia de Zapatero.

Serrano controlaba toda la información sobre la negociación con ETA, en la legislatura que ahora termina, en la que un socialista de segunda fila, Francisco Egea, mano derecha de Jesús Eguiguren, ocupaba la posición estelar de mediador, por sus buenas relaciones con Arnaldo Otegi.

Serrano como jefe de Gabinete de Felipe González, declaró judicialmente respecto al informe Crillón, encargado por el Gobierno a una empresa privada sobre Mario Conde. Esos trabajos los hacía a las directas órdenes de Roberto Dorado, y a la vez, de la confianza de Alfredo Pérez Rubalcaba, quien fue uno de los responsables de su nombramiento como jefe de gabinete de Zapatero en 2004.

En resumen se puede describir al futuro ministro, como: “Discreto, frío, tranquilo y sin ambiciones políticas propias; el perfil de un perfecto jefe de gabinete”. Habrá que comprobarlo.